La chorrera de San Mamés

La ermita del pueblo.

Al inicio de la ruta, la granja de ganaderías con venta de queso de cabra.

Una bonita alberca.

Para llegar a la chorrera, antes hay que caminar un buen trecho todo en subida por una pista en la que vamos avistando vacas y escuchando el silencio del entorno.

Un señorial roble.

Tras el bosque de pinos, que refresca y se agradece, llegamos a la chorrera. habrá que volver en primavera para disfutarla en todo su esplendor.


La vuelta por el bosque.

Y de regalo, una colonia de buitres, más de cincuenta, a menos de quince metros de nosotros, levantando su majestuoso vuelo cuando nos acercamos.